top of page
Buscar

ETNOGRAFÍA DEL CONSUMO

  • Foto del escritor: Antropococo
    Antropococo
  • 20 mar 2020
  • 4 Min. de lectura

Actualizado: 9 jun 2020

Cuando descubrí los movimientos Residuo Cero y vivir sin plástico, empecé a analizar mi consumo, teniendo en cuenta el impacto que podían tener mis residuos para el planeta.


Para poder analizar mi forma de consumir empecé planteándome cuales son mis hábitos de consumo, a partir de mi concienciación he intentado reducir los residuos buscando alternativas a los productos que usaba. Este no es un post sobre como llegar al residuo cero, sino cuál ha sido mi proceso para reducir mi huella ambiental, y sobre mis propias contradicciones que son consecuencia de haber sido educada en una sociedad consumista.

“El hecho de haber nacido en una sociedad consumista dificulta no seguir las tendencias, ya que muchas de nuestras aspiraciones tienen relación con el consumo, ya sea comprando una casa con jardín o teniendo el último móvil que ha salido al mercado. Relacionamos el tener éxito en la vida con nuestras posesiones materiales."

¿Cómo reduje mi consumo?


Cuando empecé a ser consciente del problema fue a través de los movimientos contra el plástico, vi varios vídeos de personas intentando vivir una semana sin plástico y me di cuenta de la cantidad de plásticos que yo consumía. Por eso mi primer paso fue declararle la guerra al plástico, pero después me di cuenta de que sustituir productos de un solo uso por otros que también lo eran aunque fueran de papel o cartón no era la solución. Ya que, rechazar una bolsa de plástico en el supermercado para después aceptar 5 de papel cuando vas de compra no tenía ningún sentido. Por ello empecé a centrarme en reducir los residuos en general sin importar del material del que están hechos.


Los primeros pasos que dí para reducir mi consumo fueron los siguientes:

1. Rechazar o dejar de consumir aquellos productos que no son necesarios.

2. Reducir mi consumo.

3. Reutilizar o dar una segunda vida a los productos.

4. Regalar o vender productos que ya no utilizo para que otra persona pueda aprovecharlo.

5. Reciclar y separar mejor los residuos.


¿Cómo conseguirlo?


Puede parecer contradictorio, pero para poder empezar a reducir el consumo y rechazar los productos de un solo uso, primero debemos adquirir otro tipo de productos para poder sustituirlos. A continuación dejo una lista de los productos que hemos ido adquiriendo en casa para poder hacer este cambio:


  • Botella reutilizable

  • Funda para el bocadillo o otros snacks

  • Pajita para beber metálica

  • Bolsas de tela para la compra (no olvidéis llevarlas cuando vayáis a comprar ropa)

  • Bolsas de tela pequeñas para la fruta y para comprar a granel

  • Tarros de cristal para guardar los productos comprados a granel

  • Papel de cera de abeja (para sustituir el papel de aluminio)

  • Bolsa de tela para comprar el pan

  • Hueveras de cartón

  • Tapar los boles que contienen sobras con un plato para evitar el papel de aluminio

  • Destinar un cubo de la basura para los distintos residuos (esto ya lo hacíamos)

  • Guardar los tapones aparte (algunas asociaciones los recogen)

  • Champú sólido

  • Jabón sólido

  • Desodorante sólido

  • Compresas de tela o bragas menstruales

  • Cepillos de diente de bambú

  • Copa menstrual

  • Cuchillas reutilizables

  • Discos desmaquillantes de algodón

  • Bastoncillos para las orejas de bambú


Lo importante no es comprar inmediatamente todos los productos de la lista, sino analizar nuestro consumo y ver aquellos que son realmente necesarios para dejar de consumir productos de un solo uso. Hay algunos productos de esta lista que personalmente no he necesitado y por lo tanto no los he adquirido, además para que no fuera un cambio tan drástico he ido comprando los productos cuando los he necesitado pero antes he preferido acabar los que ya tenía.


Contradicciones


Al haber crecido en un entorno cultural que no solo incentiva el consumo sino que muchos de los aspectos de la vida se ven condicionados por ello, provoca que al intentar reducirlo tenga impulsos contrapuestos.


Por un lado, ser consciente del impacto medioambiental que supone mi ritmo de consumo para el planeta me lleva a querer reducir mi huella ambiental. Además el hecho de sustituir algunos productos acaba siendo beneficioso económicamente, ya que comprar una botella reutilizable sale mucho más a cuenta que comprar una botella de plástico cada vez que sales de casa.


Pero por otro lado, el hecho de recibir estímulos para comprar me genera cierta frustración. He aprendido a tener en cuenta, que en nuestra cultura el consumo está integrado también en nuestras fiestas y tradiciones, como por ejemplo la Navidad, los cumpleaños...

Finalmente he aceptado que no puedo cambiar esa parte de mi, porque no puedo evitar sentir esa pequeña dosis de dopamina al abrir un regalo o al comprarme algo que me gusta. Pero si he llegado a la conclusión, de que consumir de una forma mucho más consciente sin dejarme llevar por los impulsos consumistas del momento me llevan a comprar de una forma más responsable.

De modo que en vez de comprar una camiseta en cuanto la veo, es mejor dejar pasar un día o dos para reflexionar si realmente es algo que necesito, de esta manera es mucho más fácil reducir el consumo a aquellos productos que realmente necesitamos.


Escrito por: Anna Parcerisa

 
 
 

Comments


  • White Instagram Icon

Antropococo

Gracias por suscribirte

bottom of page